Orlando Silva
Daniel Noboa tomará las riendas de la Presidencia de Ecuador en un contexto legislativo caracterizado por el balance de poderes. La Asamblea Nacional estará compuesta por 151 miembros, de los cuales 67 pertenecen a la Revolución Ciudadana y 66 a su colectivo, la Acción Democrática Nacional.
La restante se reparte entre Pachakutik, el Partido Social Cristiano, independientes y otras minorías, cuyas resoluciones serán cruciales para ratificar o impedir las propuestas del Ejecutivo.
La situación actual requiere que el nuevo Presidente implemente una estrategia política eficaz para fortalecer una mayoría en los comicios parlamentarios. La gobernabilidad se basará en la habilidad para establecer vínculos, captar aliados y mantener una agenda conjunta que facilite el progreso de reformas fundamentales.
En un escenario caracterizado por la polarización, los grupos pequeños e independientes se vuelven fundamentales en la dinámica del poder legislativo y en la estabilidad de la institución.
Un Parlamento fragmentado con dos bloques claves.
Santiago Carranco, analista político y director del IRLAB de la UIDE, sostiene que la fragmentación política requiere la búsqueda de coaliciones para el gobierno. La ausencia de una mayoría absoluta obstaculiza al oficialismo para promover reformas sin negociar, lo que conduce a un panorama de cogobierno con grupos opositores.
De acuerdo con Carranco, bloques como Pachakutik tendrán un papel crucial en los votos decisivos y en la organización de la agenda legislativa. En este contexto, cualquier modificación estructural necesitará amplios consensos.
Según José Manuel Portugal, experto en análisis político y profesor de la UIDE, los resultados del segundo turno pueden afectar la conducta legislativa. El apoyo popular que Noboa obtuvo le concede autoridad para captar respaldos, incluso desde grupos que inicialmente eran ajenos.
Portugal sostiene que el oficialismo tiene la capacidad de atraer independientes, desglosar al correísmo y finalmente establecer una mayoría total. A pesar de que el escenario legislativo permanecería polarizado, este apoyo facilitaría al Ejecutivo el progreso en su programa de gobierno.
Tácticas de conversación para lograr gobernabilidad
Carranco sostiene que el Ejecutivo debe dar prioridad a las oportunidades de negociación con diferentes sectores. Destaca que el diálogo no debe centrarse en situaciones actuales, sino en establecer pactos sobre asuntos de largo alcance. Es fundamental incorporar bloques con agendas concretas, como Pachakutik, para prevenir disputas. La apertura, la transparencia y la identificación de las necesidades de los sectores pueden disminuir la polarización y propiciar acuerdos.
Portugal señala que Noboa debe capitalizar el respaldo electoral obtenido. Cree que este momento es clave para sumar apoyos dentro de la Asamblea, mediante acuerdos con legisladores independientes y partidos pequeños.
Según su punto de vista, el oficialismo ya posee un camino libre para lograr la mayoría absoluta, aunque no de manera efectiva la mayoría calificada. Esta discrepancia restringe las reformas a la constitución, pero posibilita progresar con iniciativas ordinarias del Ejecutivo.
La importancia política de los grupos pequeños e independientes es crucial.
Carranco resalta que los bloques más pequeños desempeñarán un papel crucial en la formación de mayorías. Estos participantes se transforman en un «voto bisagra» que tiene la capacidad de viabilizar o obstaculizar propuestas legislativas. Su implicación, en caso de ser reconocida por el Ejecutivo, puede propiciar coaliciones adaptables y operativas. En un Parlamento sin predominio de mayorías, los votos personales adquieren un valor considerable.
Portugal aclaró que, aunque inicialmente solo ADN y RC poseen bloques sólidos, los 18 legisladores que quedan pueden determinar la dirección política.
Según el analista, el oficialismo posee la posibilidad de añadir estas aspiraciones, lo que le facilitaría sobrepasar el límite de los 77 votos requeridos para obtener la mayoría absoluta. En su estudio, ya se han establecido alianzas con grupos como el Partido Social Cristiano y una fracción de Pachakutik, lo que proporciona al gobierno un considerable margen para realizar acciones legislativas.
Riesgos de choque entre funciones estatales
Carranco señala que uno de los riesgos más significativos es la ausencia de consensos entre el Ejecutivo y el Parlamento. La incapacidad para mantener el diálogo podría desencadenar un nuevo contexto de enfrentamiento como el experimentado en el periodo previo.
Según Carranco, mencionar una Asamblea Constituyente sin buscar mínimos acuerdos podría incrementar la incertidumbre institucional. La capacidad para gobernar necesita madurez política y flexibilidad para prevenir una nueva crisis de representación.
Portugal argumenta que ningún grupo político podrá lograr una mayoría calificada, lo que restringe los procedimientos de reforma profunda. Esta circunstancia disminuye la posibilidad de veredictos políticos o modificaciones constitucionales impulsadas por la Asamblea.
No obstante, con una mayoría absoluta se pueden promover iniciativas legislativas y prevenir obstáculos institucionales. De acuerdo con su estudio, el oficialismo posee grandes posibilidades de llegar a ese límite sin la necesidad de llegar a un acuerdo con el correísmo.
El porvenir político del Ejecutivo frente a una fuerte oposición
Carranco sostiene que, a pesar de que se puede definir una agenda mínima conjunta, las reformas más delicadas necesitarán un liderazgo que comprenda la diversidad nacional. La situación actual requiere que el Gobierno detecte coincidencias en lugar de discrepancias para fortalecer su programa político.
Una táctica excluyente puede provocar un agotamiento anticipado del capital político del presidente. La viabilidad del mandato se basará en la habilidad para establecer pactos extensos.
Portugal nota que las tensiones ideológicas obstaculizan las negociaciones con la Revolución Ciudadana. El enfrentamiento durante la campaña y las denuncias subsiguientes disminuyen la oportunidad de un acuerdo con ese grupo.
Según su perspectiva, el oficialismo debe enfocarse en los 18 legisladores que no pertenecen a las dos principales fuerzas. Considera que la obtención de respaldos facilitará el gobierno sin la obligación de acuerdo con la oposición más enérgica.
Una alerta desde la evaluación política
Pablo Rosales, experto en análisis político, señala que la Asamblea es un ámbito de conflicto que puede influir en el Ejecutivo.
Rosales sostiene que el triunfo del Gobierno se basará en su capacidad para edificar una mayoría sólida y para prevenir sucumbir a acciones autoritarias cuando se encuentre con resistencia. La negociación se mantendrá constante, aunque también será complicada debido a la variedad de intereses y conflictos ideológicos existentes en el Congreso.
Fuente: El Comercio